Los hechos ocurridos en Madrid, esta semana, con la presencia del delegado del Gobierno en el congreso regional del SUP y su posterior utilización de una cuenta institucional para promocionar públicamente a dicho sindicato no son un episodio aislado ni anecdótico. Constituyen una injerencia directa del Gobierno en la libertad sindical.
Cuando un sindicato recibe el respaldo explícito de un delegado del Gobierno, representante directo de Pedro Sánchez, y ese apoyo se difunde utilizando medios oficiales pagados por todos, el mensaje es claro: el Gobierno ha elegido a su sindicato.
